Nada

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Mirar a la nada en su punto más fijo, como si fuera la intersección de
dos metros de gloriosas piernas. Explorarla, envuelto en el manto de su impenetrable niebla, sin miedo a pisar en falso,
sin miedo a caer... sin miedo a seguir flotando.
La nada no es más que un montón del todo
bajando como granos al fondo de un reloj de arena.
Allí está la nada, donde el cerebro se entumece agarrotado por los flacos placeres de la vida.

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Siro Galé es un seudónimo de la locura, la desesperación y el horror que se desprenden de un Alter Ego en evolución.